sábado, 15 de diciembre de 2012

Consejos a tener en cuenta durante la ruta


  •  Debemos ir atentos a todos los detalles del camino para saber por dónde emprender la vuelta en cualquier momento y circunstancia.
  •  Solo optaremos por ir campo a través si se conoce el terreno al detalle y si es la mejor de las posibilidades con diferencia, ya que si no lo conocemos lo suficiente puede ser que nos desorientemos fácilmente.
  • Cuando ascendemos a cotas considerables, las condiciones del aire varían mucho. Según subimos se va perdiendo presión y oxígeno, esto es lo que se conoce como mal de altura, debemos controlar a la perfección la prevención, sintomatología y solución de esta dificultad que se nos puede presentar si estamos haciendo una ruta que precisa de una ascensión montañosa considerable.
  • Si nos damos cuenta de que nos hemos perdido no intentaremos volver al final de la ruta por donde sea, por ejemplo bajando por el primer barranco que encontremos sino que buscaremos y tomaremos el camino más consistente.
  •  En el monte debemos ir marcando en el mapa constantemente la ruta que se va haciendo. Cada vez que se llega a un lugar importante del itinerario (cruce de caminos, puerto, cumbre, cambio de vertiente, espolón, etc.), es conveniente parar, marcar, y situarse en el mapa. De esta forma nos aseguraremos de que en el momento en el que tengamos dudas de ubicación en el mapa, ésta sea una duda de poca distancia y podamos volver sobre nuestros pasos.
  •  Debemos ser conscientes del riesgo que se está corriendo en cada momento, asumirlo voluntariamente y minimizarlo al máximo.
  • Debemos saber donde se encuentra el norte durante la ruta, para ello podemos fijarnos en la posición del sol, si hay condiciones meteorológicas que no nos lo permiten entonces podremos hacer uso de una brújula.
  • Cuando se camina sobre nieve hay que tener precaución con el estado en el que se encuentra. Según se va transitando hay que ir observando cada detalle tanto en la que hay bajo nuestros pies como en la que hay en las laderas que nos rodean.
  • No permitir que se disgregue el grupo, si es inevitable se hará en subgrupos autosuficientes.
  • Regular el esfuerzo que estamos realzando en la ruta para no llegar totalmente exhausto al final de la jornada.
  • Hay que alimentarse e hidratarse periódicamente lo suficiente entre comidas aunque no se tenga hambre o sed.
  • No cambiar sendero por vereda, salvo que se conozca de antemano la efectividad del cambio.    
  • Dominar el significado de la señalización y balizamiento en la montaña.
  • Intentar tener serenidad y temple ante situaciones comprometidas.
  • No entender la ruta que estamos realizando como una competición, es decir, no intentar ser el primero en acabarla, sino que debemos ir todo el grupo en su conjunto.


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