Está formado por calizas, margas y crestas estratificadas que pueden apreciarse cerca de la cumbre, como estratos de gran espesor y dureza, además de por las barrancas y profundas cárcavas que
cruzan sus flancos. Es fruto de la orogénesis alpina que
actuó sobre los sedimentos de la zona hace unos 25 millones de años. En su cima
pueden encontrarse fósiles de esta época geológica, especialmente conchas de
animales marinos (almejas, bivalbos y similares).
Sus laderas, bastante empinadas, están cubiertas de espesos pinares hasta
media altura; en la ladera oeste existe una pista forestal empleada
por los lugareños, visitantes y escaladores para acceder a la cima ya que es la
más cómoda.
Nuestra ruta, se trata de un recorrido circular. Partiremos de un cortijo
con ganado, que se encuentra en la cara norte de la montaña., cercano al
restaurante de los Collados de la Sagra. En vez de tomar el sendero más marcado,
nos vamos hacia nuestra derecha. Progresamos a media falta sin sendero,
caminando hacia la zona de la Sagra chica, en la cara oeste de la montaña.
Cuando llegamos a este extremo comenzamos la ascensión, siguiendo un sendero
que se puede seguir fácilmente. Acometemos unas fuertes pendientes, tapizadas
de grandes ejemplares de pino salgareño. Esta zona es de una gran belleza y es
conocida como bosque vertical. Desde aquí ya vamos teniendo unas magníficas
vistas de las tierras que se van quedando abajo.
Cuando dejamos atrás el pinar, llegamos a la cuerda de la cima. Recorremos
la parte final hacia la cumbre, a través de un paisaje rocoso. Desde aquí las
vistas son magníficas.
Después de almorzar en la cima, comenzamos el descenso por la cara este.
Este sendero es el más utilizado para subir y bajar, así que está muy marcado.
Durante el descenso seguimos viendo el terreno que nos circunda, vemos las
empinadas cuestas de la zona del embudo. Podemos ver tierras lejanas como
sierra nevada…
El descenso se hace con rapidez y cómodamente. Cuando llegamos al punto en
que salimos habremos tardado entre 5 y 6 horas. Es una caminata de cierta
dureza, pero seguro que nos merecerá la pena. Es aconsejable hacerla en
primavera o verano, para evitar las bajas temperaturas o la nieve.
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